martes, noviembre 07, 2006

Un Sur Que Exista Sin Norte


No debería existir el Sur. No, no he perdido la razón, ni estoy asumiendo mi, a veces usual, posición de trosko[1] recalcitrante. Es un asunto, más bien, muy científico, de lógica implacable, si se me permite el alarde autosuficiente. Es hora de abolir la noción de “Sur”. (Y nótese que no estoy hablando de auqel precioso tango).

Recuerdo, a veces con sincera nostalgia, cuando el mundo tenía esos caprichosos rangos, primer, tercer, quinto mundo, como si de algo valiese haber llegado primero a la meta de la riqueza y desarrollo, cuando te mostraban algunas imágenes terroríficas de las guerrillas selváticas, las hambrunas y pestes en el África Negra y los sucesivos golpes de estado (y las agradecidas intervenciones yankis[2]) casi pegadas a la discriminación racial, la homofóbia y la devastación ambiental de los primer mundistas.
Otro poco después (¿o antes?), quizás ya en libros, aunque supongo que esta última característica se debe al mismo paso del tiempo particular, la edad; te venía la idea del centro – periferia, una noción legada de unos señores que se hacían llamar estructuralistas y creían tener la respuesta que un tal Keynes y sus secueaces habían obviado. Ni hablar de su caballito de guerra, el subjetivísimo concepto de "subdesarrollo". En fin, no fue tan cierto, aquellos sujetos eran liberales[3] al fin y al cabo, y lo que proponían se vino abajo pocos años después, cuando la elección estaba entre botas (leñadoras y de Seattle, ahora; ya no las militares de unos años antes de mi nacimiento) y el pseudohippismo suburbano se peleaba con el nihilismo de la "Generación X" criolla. La utopía se caía a pedazos un par de cuadras más allá y Transtel te contaba cómo cicatrizaba la herida que se hizo su país al darse contra un muro, mientras NHK te enseñaba a doblar avioncitos de papel con el logo de la victoria alada encima, eran los años en los que el animé no era otra herramienta aculturizante, los cerezos florecidos, el Fuji y las grullas de origami hacían olvidar a Hiroshima y Matsushita, eran años de simple reconstrucción pragmática, de la reconfiguración posmoderna.

Luego uno se hace grande, quiere ver Spaghetti Westerns, escuchar Echo & The Bunnymen y hasta leer a Debord. El peor hedonismo es el de la niñez, no me vengan con huevadas[4]. No es que quiera niños militantes, al estilo Hammas, sino un poco más de apoyo al desarrollo más temprano de ese bicho raro y molestoso que se llama conciencia social, del que no todos adolecemos. No esperemos a que la universidad y la adolescencia les caliente la cabeza a nuestros chicos, y estos se "enrojezcan". Y bueno, a veces el país madura, tal vez junto con uno, otras veces uno termina con el verdor inmaduro todavía pintándole la cara de cuarentón, mientras el país envejece; y aún otras pasa absolutamente lo contrario, y a uno se le encanece la barba mientras el país todavía anda en pañales. Por suerte con Bolivia pasó algo extraño, nos sacamos ambos las espiñillas casi al mismo tiempo.[5]

Pero, volviendo al punto, ¿Por qué protestar tanto contra el Sur? Y es que no podrá haber una identidad, definida como idea fuerza, no solamente como ideologuema[6], sino como concepto originante, alumbrador del “Ser Americano”, si es que nos seguimos definiendo como el apéndice inferior del hemisferio poderoso, ese Norte de fulgor iridiscente.

Y es que como Hermeto Pascoal hizo, no es necesario ir al norte para sentirse menos bestia[7], ni transformar el excelente criminal franchute Fantomas en un James Bond antiheróico, rodeado de chicas bellísimas, pues aunque se haga pasar por Ripstein, sigue siendo importado y medio trucho[8], y en resumen no es tan auténtico como “El Super Porky”, que no importa si no lleva máscara, es un superhéroe único y muy nativo, muy sureño. Sinembargo, el Sur debe dejar de existir, volvemos a pronunciar la sentencia.

¿Por qué hablamos de “Nortes Estratégicos” o de “Andar sin Norte”, y no de “Sures” o un “Sur a alcanzar”? Es que existe una implícita autoconciencia de inferioridad, metida en esa maligna definición que nos hace creernos menos, que provoca que yo escuche Johnny Cash mientras escribo esto y no a Los Jairas o Arawi. ¿Por qué no existe el Hombre Americano? No lo sé, y como Wittgenstein, prefiero callar ante aquello de lo que no se puede hablar. Pero, sospecho que cuando el Sur se pueda pensar sin una brújula que marque un norte que lo subordine eternamente, ya estaremos más cerca de la respuesta.






[1] Trosko : giro popular boliviano para designar tanto a militantes de izquierda (en todo su espectro) como a radicales anarquistas y hasta a individuos que se oponen a cualquier postulado por el puro gusto de oponerse, con máxima iconoclasia. No necesariamente se refiere a los seguidores de Trotsky.
[2] Yankis : nortamericanos, gringos, vaqueros modernos, se entiende, ¿no?
[3] Liberales o Neo liberales : grave insulto equivalente a una mentada de madre, se usa como muletilla común para designar a cualquiera que no agrade al “revolucionario” interlocutor de turno.
[4] Huevada : Tontería, pavada. Es un giro coloquial usado comúnmente, pero no tan bien visto.
[5] Huelga decirlo, pero más adelante analizaremos más a fondo el proceso político boliviano.
[6] Un saludo al estimado P.R. Barriga – Dávalos por recordarme esta palabra
[7] Pascoal, jazzista brasilero, es albino, motivo por el cual era considerado poco menos que un monstruo en su país natal, y tuvo que migrar a los EEUU para que comiencen a escuchar su música antes que a cuchichear por detrás suyo.
[8] Trucho : Pirata, Falsificado, Duplicado de mala calidad, copia infiel y descarada.



Javier Rodríguez C. escribe también en http://diseccionandomusas.blogspot.com y http://dementeadiario.blogspot.com , también dirige y conduce el programa de radio/podcast “La Música Que Escuchan Todos” (http://musicaytodos.blogspot.com )

2 comentarios:

Baakanit dijo...

"¿Por qué no existe el Hombre Americano? No lo sé, y como Wittgenstein, prefiero callar ante aquello de lo que no se puede hablar. Pero, sospecho que cuando el Sur se pueda pensar sin una brújula que marque un norte que lo subordine eternamente, ya estaremos más cerca de la respuesta.
"

Hombre Europeo, hombre africano, el hombre americano? bueno ya estados unidos se quedó con ese título.

Saludos

Anónimo dijo...

Disculpame que te haga una critica "constructiva". Me parece que escribes muy bien, pero tu articulo pierde la nocion al querer mandarte la parte usando muchisimas palabras de diccionario. En otra forma dicho, no por que cargues tu articulo con el mayor numero de palabras abstractas y complejas, va a ser un buen articulo.

Pienso yo, que no necesitas tan frondoso vocabulario de diccionario para escribir un buen articulo. Si no, no termino de leer nunca tu articulo, buscando las palabras para entender lo que tu dices, y asi pierdo el hilo de lo que quieres decir.

Pero muy pronto me doy cuenta que en tu articulo no hay tal hilo para encontrar, solamente palabras para ser buscadas en el diccionario.