Hoy, 10 de noviembre "Día de la Tradición"

En Argentina, hoy 10 de noviembre, se celebra el Día de la Tradición. La palabra Tradición deriva del Latín tradere y significa legado o donación, que es aquello que los padres transmiten a sus hijos con la esperanza que ellos lo valoren y repitan esta costumbre. Esta jornada tiene que ver con mantener viva nuestra memoria e identidad. Se eligió este día en base a uno de personajes más representativos de la cultura originaria nacional, Don José Hernández, (su nacimiento) el cual fue un escritor del siglo pasado que puso su pluma en función de la defensa de las injusticias que sufrieron nuestros gauchos.

Hernandez fué el autor del libro “Martín Fierro”, máxima obra, escrita en lenguaje rural, de la literatura gauchesca. La obra cuenta la incorporación forzada del gaucho Martín Fierro al ejército y luego su huida. El texto es una constante denuncia social, donde se trata la carencia de educación, el probre y corrupto poder judicial y militar y el resentimiento de las personas rurales contra los citadinos.

A modo de querer convencerlos que lean la obra completa (está disponible gratuitamente en Internet, sus derechos ya han vencido) les dejo algunos versos:

Empieza así

Aquí me pongo a cantar
Al compás de la vigüela;
Que el hombre que lo desvela
Una pena extraordinaria,
Como la ave solitaria
Con el cantar se consuela.

Pido a los Santos del Cielo
Que ayuden mi pensamiento;
Les pido en este momento
Que voy a cantar mi historia,
Me refresquen la memoria
Y aclaren mi entendimiento.

Luego algunas estrofas que me gustaron por lo descriptivo de la narración

Los hermanos sean unidos
porque ésa es la ley primera
Si entre hermanos se pelean
los devoran los de afuera.

Nací como nace el peje
En el fondo de la mar;
Naides me puede quitar
Aquello que Dios me dio
Lo que al mundo truje yo
Del mundo lo he de llevar.

Y sepan cuantos escuchan
De mis penas el relato,
Que nunca peleo ni mato
Sino por necesidá,
Y que a tanta alversidá
Sólo me arrojó el mal trato

Hacían el robo a su gusto
y después se iban de arriba;
se llevaban las cautivas,
y nos contaban que a veces
les descarnaban los pieses,
a las pobrecitas, vivas.

Entre cuatro bayonetas
me tendieron en el suelo;
vino el mayor medio en pedo
y allí se puso a gritar:
¡pícaro, te he de enseñar
andar reclamando sueldos!