Cuando se le pregunta por la actualidad del campo el Pepe dice “...La reforma agraria es la reforma del país. Lo que sucede es que tenemos que tener una idea de lo qué ha pasado en este país. Cuando yo era gurí, un tambero con veinte vacas, unos baldes y los nudillos fuertes mantenía una familia de clase media. Ese mismo cristiano, hoy, para mantener una familia, tiene que ordeñar ochenta o cien vacas y precisa cuatrocientos dólares por hectárea arriba del campo. ¿Qué fue lo que cambio? Cambio el mundo, cambio el país. Hoy se necesitan otros parámetros. Y si usted tiene un enemigo, regálele un campo pelado y no se lo deje vender, condénelo a que viva ahí y usted verá...”
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“... A esa gente le tenemos que dar una mano (en referencia a los campesinos). ¿Por qué le tenemos que dar una mano? ¿ Porque somos buenos, por esto o por aquello? ¡No! Esos son los que tienen hijos que se van a quedar trabajando en el campo y es más fácil hacer un ingeniero, un abogado que hacer un paisano. ¡Es mucho más fácil!...”
Sobre el problema actual con Argentina, generado por la instalación de papeleras sobre un río compartido, Mujica dice “...Es un lío bárbaro. Estoy esperando que pase el tiempo electoral en Argentina para dimensionar el tema. Nosotros, heredamos una ley de promoción de la forestación, que habría que llamarla del monocultivo del eucalipto para producir pulpa de celulosas. Porque la causa original está en su majestad la computadora, que rompió el equilibrio del consumo de papel en el mundo y como en esta parte del mundo la tierra está barata, ingeniosamente el mundo rico decidió financiar y presionar para que se crearan nuevas cuencas productoras de celulosas. El Banco Mundial se puso generoso y se ofrecieron varios lugares. Y como siempre, los latinoamericanos faltos de plata, ni lentos ni perezosos -porque los gobiernos son de corto plazo-, en Uruguay descubrieron que los árboles tenían una posibilidad de corte más acelerada que en otras partes por la conformación del suelo y que la tierra estaba barata y bastante despoblada. Así empieza el Uruguay forestal, que en realidad está mal denominarlo forestal...”
Sobre la realidad de Uruguay Pepe expresa que “...dada la actual coyuntura, donde el gran porcentaje de tierras esta en manos de extranjeros, no se debe ni puede inventar nuevos agricultores, sino salvar a los que quedan...”.
Generalmente cierra sus reportajes y charlas con jóvenes diciendo “Si no cambias vos, no cambia nada”.
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