jueves, junio 21, 2007

Concierto de Ricardo Arjona - Organizacion

Definitivamente el exito de un evento a mi manera de ver depende de su "organizacion". No importa la calidad del producto, de una u otra forma este es influenciado por dicha organizacion, agregando o quitando valor.

Muchos paises como el nuestro (por no decir casi todos), no cuentan con infraestructura adecuada para organizar eventos de este tipo, sin embargo aqui es cuando adaptamos lugares o edificaciones con el proposito de hacerlos multifuncionales, como nuestro estadio en Guayaquil, "El Modelo" ahora llamado "Alberto Spencer".

Las colas interminables de ingreso, pueden causarse por el ineficiente proceso de control y atencion por parte de los recursos (personas) que intervienen en dichas actividades que son cuello de botella. Sin embargo la desastroza salida del publico puede ser ocasioanda por otro recurso como la misma localidad del concierto.

Un estadio esta disenado para una vision del objetivo a 360 grados, usualmente en un concierto, el objetivo no puede observar a su publico en mas alla de 90 grados de apertura y visceversa. Por este motivo tanto el publico como el artista deben orientarse con este criterio para apreciar mejor el espectaculo.

Un estadio que se disena con multiples salidas a lo largo de su perimetro, no suele contemplar aperturas de gran tamano, pues cada una de estas estaria en capacidad de desalojar una pequena porcion de su area circundante. En el momento que se ingresa en esta area un numero de personas que sobrepasa en mas del doble a su capacidad, se arma un cuello de botella y por ende desesperacion en la gente con posibilidad de heridos o peores sucesos.

Mi punto es, que si se van a desarrollar eventos de este tipo en sitios como un estadio, considerar y organizar un sistema de evacuacion que permita aprovechar de mejor manera la localidad, redirecionando a los diferentes grupos por diversos accesos para una salida mas eficiente.

miércoles, junio 13, 2007

Una temporada en el limbo

Existen viajes en tren hacia el norte, no sé si yo tomo los trenes o ellos me toman a mí. No sé quién escribe esto. Y sueno fatalmente a Borges. Mierda.

Creeemos que somos nosotros los que escribimos al apretar una tecla y vemos aparecer las letras, y releerlas y recorrer el cursor para corregir un error.

¡Cuánta razón tenían nuestros antepasados, hoy mal llamados indígenas (indigentes)! Sabían que había un algo misterioso para cada ejecución. Sabrían que entre el pensamiento de matar a alquien apretando el gatillo y el dedo mismo aprentado el gatillo de marras, hay un mecanismo interno indescifrable: físico, mental o yo qué sé.

¿Soy dueño de mi destino de no escribir más que esto? ¿Estoy tomando decisiones?

Y claro, ¿quién gobierna y siempre ha gobernado el país?, ¿quién siempre ha estado allí con su poder?, incluso aliándose con el enemigo: los ricos. Pero al espectador no le interesan las leyes internas del truco, quiere ser engañado, incluso si sospecha que una paloma ha muerto.

Ahora mismo, soy un sujeto según cuántos me lean. Me resumo en una cantidad. He sido robado, mediatizado, manipulado y regulado por un "otro" mecanizado: la red. Y claro, ésta es una hija de la globalización (eufemismo que las grandes empresas le pusieron al monopolio).

La red es mi dios, así como el sol lo era para un inca. Él intercede desde los teclados hasta ti. Me libera de mi cuerpo.